Después de trabajar en agencias de publicidad como Directora de Arte, me topé en el camino con unos yoguis que tenían una marca de tisanas, Hari Tea y Shoti Maa. Estas tisanas fueron creadas por un gurú y sanador (maestro de un linaje de sanadores de una técnica llamada Sat Nam Rasayan, proveniente del norte de la India). Las mezclas ayudan a balancear los chakras (centros energéticos).

Trabajé con ellos durante cinco años, donde aprendí sobre herbolaria, Kundalini Yoga y Sat Nam Rasayan. En la oficina meditábamos según las metas y objetivos de la empresa (literalmente, en la mañana antes de las juntas). Era un mundo nuevo con nuevas reglas, donde desde los planos más sutiles manejábamos el plano físico.

Con tantos yoguis en mi vida, me certifiqué como profesora de Kundalini Yoga en KRI Nivel 1 (aprendí sobre la meditación y los mantras, Ayurveda y la Cosmología Védica).

Años después, trabajé para una academia de Astrología Psicológica y aprendí a leer cartas natales. Fue otro nivel para mí, entenderme y comprender mi vida desde el lenguaje del cielo. En esa temporada, Plutón estaba a punto de hacer una conjunción a mi Sol y Nodo Sur (algo que casi a nadie le pasa).

Tomé cursos de medicina alternativa como Homeopatía y Naturopatía, que, para mi sorpresa, tienen correspondencia con los astros y la astrología. Hasta que llegué a la Terapia Floral.

Entre meditación, alimentación y remedios homeopáticos, hoy en día las flores son mi foco, una herramienta que no deja de asombrarme por los niveles terapéuticos que tiene.

Ahora que Plutón transita por Acuario durante los próximos 20 años, vamos a estar escuchando mucho más sobre medicina vibracional y seremos más sensibles a sus efectos.

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